UN PASEO POR BIELVA
Durante los últimos años la localidad de Bielva ha sufrido una importante transformación, principalmente en el aspecto sociológico, pasando de ser un núcleo eminentemente ganadero y agrícola, a poner sus miras en el sector turístico. Para ello cuenta, entre otras cosas, con numerosos elementos tradicionales, tanto arquitectónicos como paisajísticos, que conforman un conjunto de enorme belleza digno de admirar.
Uno de estos elementos lo encontramos en las “Escaleras del Cristo”. De gran renombre entre los lugareños y visitantes. Se trata de un conjunto de 309 escalones en piedra de sillería, colocados en cinco tramos, que nos llevan desde el propio Bielva hasta el núcleo de Puente del Arrudo, cruce emblemático de caminos, evitando la carretera comarcal y, por consiguiente, el tráfico rodado que por ella circula, y configurando una vía de gran hermosura. Otro componente de este paisaje lo forma la denominada “Portilla del Tánago”. En la antigüedad las cerraduras de este tipo servían para impedir que los ganados invadiesen las mieses sembradas en cada época del año, cerrando así los accesos a las mismas. La Concentración Parcelaria llevada a cabo en los años 70 dejó fuera de servicio estos elementos desapareciendo gran parte de ellos conservándose en la actualidad la ya mencionada “Portilla del Tánago”.
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